Misericordia
Dios le teme a su muerte.
¿Se imaginan que sucedería si hasta el último creyente renunciara a su fe?
Hasta donde tenemos noticias de estas cuestiones celestes, no se ha manifestado ni hemos comprobado efectivamente la existencia de alguna voluntad o código moral explícito y claro que determine como debemos comportarnos, obviando la mentira de los mandamientos, los pecados capitales y demás fábulas creadas por manipuladores e historiadores de otro siglo. Ni siquiera hemos visto su presencia o sus poderes actuar sobre los límites de la dimensión física que habitamos, por ahora, todo sobre él es discutible, comprobable de otro modo, cuento, fabula, relato antiguo, obsoleto, incluso me animo a decir que la descripción de Dios y sus poderes no es más que una proyección de los deseos del hombre. –No deseo pecar de escéptico ni ser confundido como tal, pretendo más bien, compartir por un momento la imagen mental de una visión distinta del tablero y el orden de las piezas.–
¿Dios existe?
Definitivamente existe, como el amor. ¿Cómo definirías el amor? El amor, podría ser la utopía de los poetas. Hay una infinidad de intentos de definirlo, pero exista o no exista aquella realidad emocional y trascendental del amor, existe indiscutiblemente como una idea en la humanidad y esa idea tiene vida porque tenemos fe en ella, en el amor. Del mismo modo, habita Dios la consciencia de la humanidad, más allá de la posibilidad real de su existencia o inexistencia, hasta el momento, la única prueba efectiva es esta.
Ahora que ha imaginado a Dios, al igual que el amor, como una idea del hombre (creada por él mismo) que habita en la consciencia de la humanidad. ¿Se imagina a Dios (idea), como fiel devoto de ustedes? Imagíne que Dios los alabe como los creadores del universo que le dio vida y que contiene toda su existencia. Todas nuestras mentes conectadas en una idea en común podrían haber creado el universo paralelo y toda la dimensión donde habita Dios.
Me imagino a Dios, junto a ideas como la felicidad, el amor y otras existencias ideales que conviven en el universo paralelo de todas las mentes. Quizás también estén rezando con temor, pidiendo misericordia en plegarias, golpeándose el pecho en duros pésames, peregrinando de rodillas, sudando tristezas y anhelos durante siglos en pequeñas o grandes iglesias implorando que nuestra raza, es decir, sus Dioses, no deje de creer en ellas, ya que al mitigar la fe en la idea de Dios, este morirá, simplemente desaparecerá. Paradójicamente, la vida de Dios depende más de nosotros, que la nuestra de él. Esto obviamente no lo sabe nadie, de hecho, pensamos todo lo contrario y es precisamente ahí donde se equilibra la relación. Él allá piensa en nosotros como sus Creadores y nosotros aquí pensamos en él como nuestro Creador. –Incluso, a veces llego a creer que si la humanidad comprendiera esto con claridad, no dudaría en matar a Dios, y más indómito aún, creo también, que inversamente Dios nos mataría sin dudarlo.–
La incógnita perfecta para continuar sería ¿Quién es el verdadero creador, él o nosotros? ¿Él habita nuestras mentes o nosotros habitamos su mente? ¿Quién es el soñador y quien es el sueño?...
Alan
Absurdos Relatos de un Astronauta en Bicicleta
Mensajes a destiempo
Hola Isidora, lamento responder a su pedido antes de que usted lo haga.
En respuesta a lo que me preguntará, en principio, me encantaría empezar hablando del alma, pero no de alma como un cuerpo fantasmal que sobrevive en las penumbras del silencio, cuasi inservible o como ese algo que (mal visto por los demás) podríamos negociar con el diablo a cambio de algunos deseos mundanos. No. Me gustaría invitarla a bailar en una profundidad inconsciente relacionada con el origen del sentido en el universo mismo. Podría apostar todas las cervezas de esta noche a que el alma provee, en su impalpable contacto con la consciencia, toda la energía de la vida. Si esto fuera así, el alma podría ser un portal a un limbo infinito sin tiempo ni espacio.
Si le damos una
oportunidad a la posibilidad de la existencia de un alma, en un primer vistazo,
podría ser un secreto y silencioso no-sujeto que se manifiesta en todas las
percepciones intuitivas que componen la trivialidad de las creencias humanas de
todos los tiempos, como la mitología, las religiones, los orígenes de la
ciencias, la filosofía o los fenómenos parapsicológicos que experimentamos a
menudo, como la telepatía, la clarividencia o los viajes astrales, estos
últimos tres, siempre justificados u ocultados por un juicio razonable que, en
su dureza neuronal, niega lastimosamente el Alma pero no la elimina de sus
posibilidades y vencidos por la trivialidad bajo la que se esconde, la
presupone como algo ajeno, personal y subjetivo. Les queda muy cómodo decir que
existe pero que no actúa, que es un simple objeto accesorio e intangible que
pertenece a un sujeto y que no posee carácter cognitivo alguno, Otros han optado
por usar el seudónimo de “mente”, organizándola e incorporándola en o a través de ella. De este modo u otro siempre quedan parados en la misma
paradoja que quienes afirman “Las brujas no existen, pero que las hay,
las hay” esto es básicamente un mecanismo de defensa ante la complejidad que
implica encarar la posibilidad de su existencia, porque definitivamente no es
tan simple como tomar una partícula del alma y ponerla en un microscopio.
Ahora bien, aprovechemos y juguemos un poco con la idea
del alma, ¿Pensó alguna vez, si el alma en realidad es una sola para todas las
formas de vida?
Si el alma
fuera una sola para todos y cada persona, animal, planta y toda la materia
estuviera conectada a la misma alma. Cada uno de nosotros sería una pequeña
manifestación de una gran alma. En consecuencia no seríamos seres individuales
como se ve con nuestros ojos sino todo lo contrario, seríamos todos un solo
ser. Esto se ve extremo y problemático principalmente para nuestro ego, ¿Cómo
le explicaría al ego de cada persona que en realidad son una partecita de un
todo? Duro. Por otro lado, estos supuestos darían un sentido teórico a la
telepatía, no solo entre humanos, sino entre todas las formas de vida y
materia. A todo eso que llamamos “conectarnos” con una persona, un animal, una
montaña, una planta, una piedra o el universo mismo, ya que en teoría estaríamos
hablando con nosotros mismos y la conexión solo sería una cuestión de volver a
descubrir ese portal innato, como quien piensa pa' dentro, incluso me atrevería
a decir que el amor es esto mismo, un estado de conciencia.
¿Alguna vez ha creído conocer a alguien de otra vida?
Entonces, ¿Qué hay allá, conectando todas las mentes?
Pareciera que todo está encriptado en un código ilegible para la consciencia
observadora por algún motivo en particular, pero ¿Cuál es ese motivo? Me da la
sensación de rendirnos ante la mirada más torpe e ignorar las
señales que vienen del más allá de la consciencia cuando encaramos este tema.
Y… ¿La vió venir alguna vez?, ¿Qué opina de la gente que sueña
los eventos que sucederán en el futuro y luego, suceden? Es jodido, complejo,
trivial y peligroso de encarar la posibilidad de la existencia de la
a-temporalidad desde este lugar, porque el único camino directo que se me ocurre para que
alguien pueda ver hoy lo que sucederá mañana es que, ayer, hoy y mañana en
realidad no existen con la independencia que creemos. El tiempo debería existir como un circuito cerrado donde todo está predestinado desde afuera del
circuito. Está claro que si no existiera el tiempo como lo entendemos,
entonces, no existiría la posibilidad del azar del futuro y se daría por valido
la hipótesis del destino, porque todo estaría prefigurado o establecido. Junto
con ello se iría nuestro sueño de libertad y de creer que podríamos tomar
decisiones que cambien el curso de nuestra existencia, sumergiéndonos en un
absurdo juego de emociones mentales, en un desgaste de energía para tomar
difíciles decisiones de vida, creyendo en vano que el destino está en nuestras
manos.
Ahora veamos, si realmente pudiéramos comprobar la
inexistencia del tiempo como variable independiente, entonces, no viviríamos
como vivimos, nos desilusionaríamos, perderíamos la motivación y nos
relajaríamos en la confianza de que todo ya está realizado y aunque todo esto
sea cierto, sería deprimente comprobarlo. Esta información está sutilmente
encriptada en el alma y viene en una forma de energía mental que se manifiesta
como una intuición, muy clara a veces, difícil de objetar y otras veces
confusa, difíciles de fundamentar.
De ese modo, calculo, que vendría la data desde el
alma hacia nuestros curiosos cerebritos, egocéntricos y dotados de una ilusoria
libertad para ser los conejillos de india de algún extraño experimento que
comúnmente llamamos Vida y que adoramos sobre todas las cosas. Esta vida que
podría haberlo calculado finamente todo desde un principio o fuera del circuito
ilusorio del tiempo, podría ser la mismísima alma jugando a tocar lo intangible
de su imaginación. Mientras tanto, podríamos seguir agradeciendo, enojándonos,
amando, odiando y todo lo que deseemos hacer con la vida, que al parecer, se ha
tomado el trabajo de dejarnos en nuestro ego, una tenue luz de esperanza sobre
la posibilidad de que aún podemos elegir nuestro destino y que este pequeño
gran engaño nos sirva como el motor para movernos hacia donde todos nos estamos
moviendo, porque ni aunque tuviera muchísimo más sentido esta teoría, ya estaba
programado desde siempre que nadie pueda verificarlo. Entonces la humanidad simplemente se tomará esta posibilidad como una fábula de muy buena madera para
Hollywood, de hecho, yo debo estar escribiéndole esta carta desde siempre y
para siempre, con el mismo resultado de omisión, porque así funcionan las cosas
en el ilusorio circo del tiempo.
Un cariñoso abrazo.
atte.
Aristóbulo Aión, Año I/ Día VII / Mes XIII
Un cariñoso abrazo.
atte.
Aristóbulo Aión, Año I/ Día VII / Mes XIII
Alan @ Año 2016
Otro absurdo relato de un Astronauta en Bicicleta.
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