Las Dudas de Dios

¿Te imaginas el infinito?... 

El único modo de dimensionar el infinito es a través del arte. Nadie crea algo de la nada, lo único que hacemos es re-ordenar lo que ya está en el universo, esta conclusión naturalmente no merece ningún aplauso, pero para entender el infinito primero es preciso comprender a su ordenador.

Dios o el artista se sumergen tanto en su obra que confunden las realidades. Las obras están inherentemente vinculadas a sus dos elementos de origen, lo predispuesto, es decir el universo y la esencia de los modificadores o artistas, es decir su inteligencia en todos los planos.

A mí me encantaría poder crear algo o alguien que tenga la independencia y libertad que tenemos nosotros como seres humanos, aunque hasta ahora, lo más cercano de crear algo inteligente en la humanidad ha sido un robot, que de hecho, es patético desde donde lo mires y en realidad creo que lo más inteligente que hemos creado hasta ahora, es la conciencia de estar vivos y por supuesto los sueños -aunque no estoy seguro de nuestra autoría sobre ello-. 

¿Te imaginas poder traer un pensamiento o un sueño a la realidad? ¿Ver a tu creación, sentada en una mesa frente a sus semejantes, pensando y creando también?... ¡Puta madre! Me entretendría bastante, es más, me vuelvo loco. Porque en cierto punto estoy contemplando una exteriorización de una parte de mí, la estoy proyectando y observando en un experimento radical y primitivo que algunos llaman Obra de Arte.

Estoy seguro que la búsqueda de la humanidad de reconocerlo a Dios, es la búsqueda implícita de reconocerse a sí mismo. Seguramente se preguntarán, ¿Esto es reciproco entre Dios y la humanidad?

Yo me la juego a que si. 

En el sentido más profundo el arte es un camino para explorar la infinitud de tu propia humanidad y posiblemente esa sutil comprensión también sea una forma de aliviar las dudas existenciales. Como hablamos antes, las creaciones están compuestas por la esencia de sus creadores y probablemente este Dios no solo estaba aburrido y solo, sino que como nosotros, está lleno de dudas. Incluso el artista que nos creó, podría ser, en su elevado nivel, quizás un adolescente o un niño lleno de dudas, creado por otra sucesión de dioses creados por dioses. 

Ellos y nosotros, todos, los infinitos creadores no se reconocen y probablemente como todos los artistas del universo también están reconociéndose en y a través de sus creaciones. Podrían existir tantas imágenes proyectadas de dios en dios como las imágenes que muestran dos espejos enfrentados, quizás así, podríamos ver y dimensionar el infinito de la duda en su/tu gesto.